Las puertas son muy utilizadas y, con el tiempo, pueden deformarse debido a cambios de temperatura y humedad. Esto puede afectar tanto a la puerta como a las bisagras y el marco, causando problemas al cerrar. Aquí te mostramos cómo solucionar estos problemas de manera sencilla.
Método 1: Ajustar la Placa Metálica
Revisar la Placa: Observa si el pestillo no encaja bien. Si ves marcas, lima el orificio de la placa para ajustarlo.
Revisar y Ajustar las Bisagras: Asegúrate de que las bisagras estén alineadas. Si no, desatornilla y coloca un pedazo de cartón detrás para nivelarlas.
Método 2: Fijar una Puerta que se Mueve
Retirar el Perno de la Bisagra: Golpea el perno con un destornillador y martillo hasta que salga.
Colocar Papel en la Bisagra: Dobla una tira de papel y colócala en el orificio del perno, luego vuelve a insertar el perno.
Probar y Ajustar: Abre y cierra la puerta para verificar. Ajusta añadiendo más papel si es necesario.
Método 3: Eliminar Chirridos
Lubricar la puerta: Obtén aceite u otro lubricante apto para metales.
Retirar los Pernos: Saca los pernos de las bisagras uno por uno, sin retirar completamente la puerta.
Aplicar Aceite: Aplica aceite en los pernos y vuelve a insertarlos. Mueve la puerta para distribuir el aceite.
Método 4: Reparar un Agujero en la Puerta
Cortar Bordes del Agujero: Limpia los bordes del agujero con una cuchilla.
Añadir Soporte: Coloca material de soporte dentro del agujero.
Rellenar con Espuma: Usa espuma aislante en aerosol para rellenar el agujero.
Masillar y Lijar: Aplica masilla, deja secar y lija hasta que quede suave.
Pintar: Pinta la superficie para un acabado uniforme.
Con estos pasos, podrás reparar una puerta que no cierra bien y mantenerla en buen estado. Recuerda que nosotros te podremos ayudar a mantener tu hogar en excelente estado.
Para más información haz click aquí.
